Wednesday, February 22, 2006

White & Blue Argentina State


White & Blue Argenta
Originally uploaded by fabian17.
For the First Time on July 8th 2005, the Empire State Building lit up with the colors of the Argentinean flag, celebrating the July 9th Argentinean Independence Day. This is how it looked to me from a Williamsburg Rooftop

The Iconic Alley


The Iconic Alley
Originally uploaded by fabian17.
This is a short alley by Lafayette St. and Broadway, in Manhattan, just accross the Puck Building. Its iconic, cuasi-cliché, quality reminds me of how I Picture New York before actually being here. I supposed that this would be more up to the point in Black & White. But I cannot renounce to the colors.

Tuesday, February 14, 2006

Argentinos en Nueva York

No, nosotros no somos iguales a ellos, los argentinos nunca nos sentimos demasiado cómodos en eso de ser igualados, pasteurizados y ecualizados con aquellos a quienes juzgamos inferiores, aquellos que hablan español y no castellano como nosotros. Por eso la incomodidad del argentino en Nueva York que es puesto en pie de igualdad respeto de los otros latino-americanos del centro y del sur que quieren hacerse la América en América. Los demás, los otros, de color y talla más ilegitima, esos sí son hispanics. Cuando el porteño manhattanizado o brooklynizado se refiere a los hispanics lo hace con ese mismo dejo de desdén con que el porteño hablaba antes de los pardos, o de los grasas, o de los bolitas, o de los del interior. Los argentinos no, los argentinos somos porteños, y si no se es porteño se es visto como tal o se le termina pareciendo. La única percepción que existe del argentino en NYC es la impresión que deja el porteño. Quizás Jauretche no tenía razón cuando entre las zonceras citaba la típica autodenigración del argentino. Más bien, depende de quien se trate, lo que abunda es una funesta mezcla de denigración y adulación bastante esquemática. Denigración sí, pero hétero más que auto. Los hispanos sufren pero también ignoran el secreto desprecio de los argentinos muchas veces disfrazado de corrección política. Los argentinos, en su blancura gozan de la confusión e ignorancia geográfica norteamericana; un mexicano, un salvadoreño, un boricua o un dominicano, son más o menos claramente hispanics, el argentino engaña, goza bobamente cuando se lo confunde con italiano, griego, francés, o incluso español, y explica gansamente eso de que los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos. Si el argentino en cuestión es más sofisticado, bueno en fin, –cuándo no– cita a Borges y dice algo así como “lo que pasa es que nosotros los argentinos somos y fuimos el faro cultural de Hispanoamérica, cuando México no publicaba o en España Franco lo prohibía todos nosotros éramos cuna y destino de toda forma de arte, distinción, e intelectualidad, eso es lo que pasa, somos los verdaderos y quizás únicos y últimos cosmopolitas, porque además de mamar las tradiciones intelectuales de todas y cada una de las tradiciones europeas y norteamericanas, tuvimos y tenemos las propias, por eso somos tan inteligentes, y tan bonitos y tan tan todo eso y mucho más”. El o –preferentemente– la interlocutora de turno responderá con sus “Ohs” y a sus “Ahs”, confirmando para el argentinito la verdadera nacionalidad de Dios. Sin embargo ser argentino en Nueva York no es lo que era. Ya no hay respecto, che. Durante la crisis, es decir la crisis de diciembre que se llevó puesto a De la Rúa, a Rodríguez Saa y dio lugar a Duhalde, fue quizás el momento más mediático de la Argentina; allí tuvimos nuestros 15 warholianos minutos en la pantalla chica norteamericana, y los programas de medianoche y humorísticos de Jay Leno, David Letterman, o Saturday Night Live, se daban algunas panzadas con chistes sobre un país que no conocían pero del que se habían enterado que cambiaba de presidente como de calzoncillo y eso nos puso en el mapa del ridículo. Algo es algo, al menos estábamos cartografiados, una forma menor de existencia, pero existencia al fin, lo que no es poco. En esos días los chistes sobre argentinos del tipo “¿cómo se suicida un argentino? Saltando de su propio ego” fueron sustituidos por bromas donde “viene un argentino de lavacopas a Miami y...” En fin, nuestro argentino no está muy feliz por el cambio, siempre fue mejor ser odiado o considerado antipático que objeto de lástima. El porteño se hace más porteño en Manhattan o Brooklyn, las chicas preguntan si bailan tango, los argentinos mienten sobre ese saber y a escondidas lo practican para caber en el estereotipo o incluso hacerse unos pesos fungiendo de profe arrabalero. En muchos salones de baile en el East Side, o los domingos en el Central Park se perciben argentinos que se enorgullecen al ver una multitud benettoniana danzando al ritmo del dos por cuatro y si se enganchan en alguna charlita hacen gala de argentinidad y portación de pasaporte como blasón o cierto posible derecho de pernada. El que no tomaba mate en Buenos Aires hoy no puede vivir sin Rosamonte y hace sus excursiones a Queens a comprar un sobrevaluado –y muchas veces seco– paquete de yerba. Quien no jugaba al fútbol, hoy corretea por los parques haciéndose un picadito y así. Durante el mundial, si no encuentra otros argentos con quien compartir se conforma con irlandeses o escoceses siempre dispuestos a bancar la albiceleste si de jugar contra Inglaterra se trata. Pero NYC no es Miami. El argentino de Nueva York no es el ejemplar miamense. Miami es y fue la meca del menemismo, el imaginario de triunfo, la Latinoamérica unida con música de Gloria Estefan de fondo. New York no, New York es otra cosa, y quien eligió Manhattan, Brooklyn o Queens también mira con cierta condescendencia al argento de Bal Harbor, Ocean Drive o Miami Beach. A continuación, un muestrario de alguno de los arquetipos de la abundante fauna argenta que por estos días pulula en las calles de la “cosmopolita” NYC:

Fauna Urbana Argentina Nuevayorquensis
El académico
Se lo encuentra en las cafeterías de la New School University, NYU, Columbia o Cuny. Luego de acumular becas locales e internacionales busca devenir argentino o latinoamericano profesional, como peronólogo, transicionólogo, globalizólogo entre otras posibles “logías”. Si se le anima a las grandes ligas hablará de temas universales, es decir, lo mismo pero sin dar tantos ejemplos concretos. Si el interesado tuvo pasado de izquierda en la UBA por ejemplo, hoy despuntará el vicio estando primero en la fila cuando de escrachar a Menem o Cavallo se trate o asistirá a toda forma de protesta política pacifista, si en la manifestación anti-Bush asiste Susan Sarandon o Tim Robbins, tanto mejor. Si su pasado es más de centro o derecha, tratará de asistir a cócteles propiciados por el consulado o la embajada argentina de estos lares. La académica (ver anterior) La chica académica es la chica correcta, la que siempre hizo los deberes, fue de izquierda alguna vez y aún cree seguir siéndolo. Se preocupa oficialmente e íntimamente por los desheredados de la tierra y se excita frente a la perspectiva de conocer otras chicas y chicos de otros países también preocupados por sus respectivos desheredados. Son fanáticas de la inclusión y la pertenencia. Son usualmente institucionalistas, amigueras, reunionistas, charlistas, y siglistas, carttas-de-recomendacionistas, contentas con el liberal estilo de relaciones de los jóvenes de NYC, igual buscan marido.

La chica bonita
A la chica bonita argentina, modelo o símil se la encuentra usualmente por Tribbeca o Soho, apertura de locales en Noho y Nolita, y en el Lower East o Williamsburg. Frecuenta como en Baires lugares de moda, y hace por lo general una vida muy similar a la de los años menemistas, aunque con menos vida loca y quizás alguna que otra aventura por los mundos más trascendentales, en forma de yoga, ayurveda, terapias alternativas, retiros espirituales, gurúes, dietas liquidas y alguna que otra causa humanitaria, ayudar a chicos en lugares lejanos, contribuir a la cura de alguna enfermedad, tipo cáncer de mama –las más conservadoras–, sida –las mas osadas– y hasta cuestionar el hambre las más revolucionarias. Conceptos importantes: armonía, equilibrio, independencia y búsqueda interior.

El gay
El gay argentino cuando llega a NYC la pasa realmente bien, no sólo anda dando vueltas por Chelsea admirando la hipertrofia muscular de los locales, sino que es aceptado y hasta encomiado de un modo que la pacatería del catolicismo argentino que se reproduce en las calles y en las mores no lo dejaba vivir en paz. Acá en NYC es distinto y se pasa del a proscripción a la prescripción, del ropero a la escena. Pero tanta represión argenta y tanta liberalidad americana no viene sin bemoles especialmente si el recién asumido tiene más de 25, el cambio puede ser demasiado radical y muy impresionante: “Sí mi amor”, “me encanta tu French Connection que compraste en sale”, “está muy bien tu mp3 de Chabela Vargas”, “me encanta todo Waters”. No mi amor, no mi amor, no soy un homofóbico, no importa, ya está, tranquilo, hablemos de otra cosa, sí, sí , ese chico que pasa ahí, en cueros está fuerte, sí mi vida, sí, si fuese mina me encantaría estar con él, pero no es el caso, ya, ya… ya entendimos que sos gay, no es necesario que aproveches cada oportunidad para dar a conocer tus preferencias sexuales... No, no me interesa a quién conociste anoche.

El broker
Trabaja obviamente en Wall Street, vive en Midtown, Upper West, Upper East, y los más cool se animan hasta Williamsburg o Brooklyn Heights en Brooklyn –por que le gusta un barrio con ‘artistas’. Se emplean para empresas como Dean Witters, UBS, Citigroup, y demás, su formación UBA/UB/UCA/Salvador más algún posgrado en Boston les da los requerimientos justos para redactar los informes regionales y reportar a sus superiores y clientes de un modo claro, pragmático, eficiente y efectivo. Saben lo que pasa en los mercados y tienen fluido contacto con periodistas, lobbistas, y hasta verdaderos “movers and shakers”. Siempre tiene buenas historias para contar sobre el 11 de septiembre, justo iban para allá, o ayudaron a alguien, o algo pasó, pero lo vieron de cerca, hay cierto goce en ese relato. Esta gente tiene pinta y buena ropa, mucho Boston educativo y recreativo, mucho Hamptons en verano, mucho Denver en invierno, están realmente preocupados por Argentina, y la tienen clara política y económicamente, leen mucho y manejan buena información. Son chicos menemistas que no se dicen menemistas. En realidad no lo saben, son menemistas “en sí”, no “para si”, el único menemista con conciencia de tal es el argentino de la especie miamense. Pero nunca el neoyorquino. Quizás fuera de sus circuito no saben muy bien a dónde ir, y sigan tozudamente, los menos perspicaces usando pantalones con pinzas, pero son bastante sofisticados y rápidos, leiditos, y viajaditos, se les escapan muy pocas, cosas, el único detalle de estos viajeros frecuentes, acumuladores de millas empedernidos, y cultores del upgrade de business a primera, es que dedican su vida a ver de qué modo pueden hacer más felices, ricos y cómodos, a aquellos cuya vida ya es cómoda, rica, y féliz. Si no fuera por ese pequeño detalle serían realmente encantadores.

Continuará….

Globalización: Debate Le Monde Diplomatique vs Financial Times

Qué es la globalización y cuáles son las posturas dominantes y contendientes al respecto, aparecen desplegadas en esta nota del encuentro que tuvo lugar, el 7 de mayo último entre Le Monde Diplomatique y el Financial Times. El autor de esta nota acerca los principales lineamientos de ese enfrentamiento en torno al "pensamiento único" y la "globalización".

¿Panacea Universal o Máquina Infernal?
por Fabián Mosenson

ELEMENTOS PARA LA DISCUSIÓN DEL NEO-CAPITALISMO,
LA GLOBALIZACIÓN Y SUS CONSECUENCIAS

La economía global deja en el camino a millones de trabajadores. Los estados quiebran el contrato social y dejan de garantizar pleno empleo y bienestar social. No se produce hoy la ecuación que dice que crecimiento más inversión, más intercambio, más tecnología igual a mayor bienestar y riqueza. Las políticas restrictivas empeoran la situación y conducen a una crisis social global. En los últimos 20 años ha descendido el salario de los trabajadores en EE.UU. y ha aumentado el desempleo en Europa, en la ex-Unión Soviética y en las denominadas “economías emergentes”, en la Argentina se viene dando una progresiva pauperización de los sectores medios y bajos y la prensa se hace tibio eco de la realidad de los nuevos pobres que, a diferencia de los estructurales, carecen de las redes de contención solidaria de las que “gozan”, por ejemplo, los villeros. El peso de los sindicatos ha disminuido en todas partes. No hay consenso sobre las causas de estos conflictos: algunos lo atribuyen a la modificación de los términos de intercambio entre el norte y el sur, otros a la sustitución de mano de obra vía introducción de nuevas tecnologías y, los menos, a la masiva incorporación de mano de obra inmigrante en los países industrializados. Sea como fuere estos tres elementos producen “ganadores” y “perdedores” pero no se da hoy la “racionalidad” que indica que las ganancias deben compensar a las pérdidas. Eso no sucede y la caída de la productividad afecta a la mayoría de la sociedad, sin embargo se siguen aplicando las mismas medidas restrictivas por parte de los “grupos de interés”. Esto ha beneficiado enormemente a los intereses financieros en desmedro de los trabajadores, creándose una “clase rentista internacional”. El debate sobre los asuntos presupuestarios se ha tornado más ideológico que técnico. Desde los propios órganos oficiosos de los sostenedores del estado de las cosas —artículos en la prestigiosa Foreign Affairs, por ejemplo— se duda que la opción por un presupuesto equilibrado sea siempre preferible a una política de corte keynesiano.
De todos modos el eje de los debates en la actualidad no pueden soslayar fácilmente el sonsonete de la “globalización” —o la “mundialización” de acuerdo a como los franceses pretenden denominarla críticamente apuntando que la globalización es la realización perversa de lo que alguna vez quiso ser la “internacionalización” socialista. Qué es la globalización y cuáles son las posturas dominantes y contendientes al respecto es lo que pretendemos desarrollar a continuación.

DISCUSIÓN LE MONDE DIPLOMATIQUE-FINANCIAL TIMES
El 7 de mayo último tuvo lugar un encuentro entre Le Monde Diplomatique y el Financial Times en la London School of Economics. Se trató de un enfrentamiento de dos posturas antagónicas en torno al “pensamiento único” y la “mundialización”. Por un lado los representantes del diario británico y sus posturas entre acríticas o crítico-cosméticas y la seguridad poderosa de quienes se saben en el bando de los “ganadores”. Para dar una idea rápida de este diario se puede decir que es la principal fuente de consulta del establishment mundial, más influyente incluso que el Wall Street Journal, tienen corresponsales en todo el mundo y es leído atentamente por inversores, banqueros, ministros, presidentes de empresas y estudiantes de posgrado, doctorado y posdoctorado de las carreras de economía más reconocidas del planeta, su prosa es impecable y sus investigaciones serias, los diarios norteamericanos comparados con este son de una apreciable tosquedad y pobreza de lenguaje, puede ser visto fácilmente como el diario de “los poderosos” dueños del bienestar, destino y hacienda de muchos. Entre sus perlas está su sección “Comment & Annalysis”, donde más que opinar se pronuncia e indica a los gobiernos que es “lo que deben hacer”, imperdible asimismo sus capciosas editoriales contra Greenpeace y organizaciones de ayuda humanitaria.
Por el lado de los franceses un grupo de intelectuales de la izquierda “correcta” reunidos por Le Monde Diplomatique trata de pensar un otro mundo posible aunque no sin cierta desesperanza signada por un gobierno socialista —el de Lionel Jospin— que se encuentra atrapado entre sus promesas electorales y las posibilidades reales de la V República francesa en esta nueva “cohabitación” entre el primer ministro socialista y el presidente gaullista Jacques Chirac, entre sus apoyos internos (verdes y comunistas) y las presiones externas de la Europa de Maastricht y la Otan. Le Monde posee la certeza de quien sabe qué es lo que hay que criticar pero aun no ve cuál puede ser el posible recambio debiéndose limitar a planteos de corte más bien moral.

LA POSTURA DEL FINANCIAL TIMES
O EL MERCADO COMO VÍCTIMA
El redactor en jefe del FT, Martin Wolf, pregunta indignado: “¿Por qué este odio contra el mercado?”. Para este periodista, la globalización es el gran acontecimiento de nuestra era ya que define lo que el gobierno puede y debe hacer, y explica qué es lo que está sucediendo en la economía mundial. Esto se postula en coincidencia con los lineamientos del FMI que describe a la globalización como el “crecimiento de la interdependencia económica de los países del mundo a través de un creciente volumen y variedad de transacciones de bienes y servicios y flujo internacional de capitales a través de las fronteras, y también por medio de una más rápida y amplia difusión de la tecnología”. Los argumentos de este tipo se sustentan en hechos tales como el descenso del costo del transporte, las llamadas telefónicas intercontinentales, el abaratamiento de los precios de la computación, y el desarrollo de supermecanismos de transferencia tecnológica mas allá de las fronteras. Si la tecnología hace a la globalización factible, la liberalización la posibilita. “Entre 1970 y 1997 se paso de 35 naciones que eliminaron el control del intercambio a 137.”
Para Wolff los que creen que la liberalización hoy en día es incomprensible o irracional lo hacen por tres motivaciones: odio al mercado, miedo a los extranjeros o preocupación por los salarios, los puestos de trabajo y la actividad económica. Para este comentarista los dos primeros motivos son directamente tildados de “patológicos” y el último es “al menos racional”. No se puede atribuir a la globalización la caída de los salarios de los trabajadores de baja calificación en los países desarrollados, por la sencilla razón que en los países industrializados cada vez se producen menos bienes a través de mano de obra no calificada. La responsabilidad de la globalización en la baja de los salarios en los países desarrollados es mítica, hay que buscar otras razones. Lo que no sería “mítico” son la oportunidades que la globalización da a los países en vías de desarrollo. La globalización de este modo es entendida como una consecuencia inevitable, no de la tecnología, sino del seguimiento de los planes de liberalización iniciados hace cincuenta años con la instauración del Plan Marshall. Y concluye planteando que “inevitablemente, aquellos que temen al mercado y a los extranjeros, claman en contra de la globalización. Sus voces deben ser ignoradas. Lo que se necesita, es una consideración cuidadosa de qué es lo que los gobiernos pueden y deben hacer cuando el mercado deviene global pero su control es tan sólo local.”
Peter Martin, en la misma línea considera que las globalización “es lo mejor que ha ocurrido en la generación de la posguerra” ya que se promueve la colaboración sin fronteras de sociedades y culturas, ha minado los fundamentos del URSS y está por hacer otro tanto respecto de China. Incluso sin sus efectos políticos directos, sus virtudes serían extraordinarias: mejora el bienestar de los hombres. La pobreza y la miseria son solo cuestión de tiempo. Esta transformación produciría los efectos inversos de aquellos invocados y temidos por la izquierda. La fuerza de la mundialización se desplazará al resto del mundo menos desarrollado. Oponerse a esto, criticarlo, es sostener un statu quo en el fondo supone una ideología tan conservadora como inmoral. A pesar de que se diga que la mundialización produce más “perdedores” que “ganadores” cualquier “estudio estadístico económico sobre el período de la posguerra” demostrará lo contrario. Para este periodista el precio de salir de la mundialización no solo es económico, sino político, ya que la extensión del estado implica para su credo la perdida de las libertades individuales. “Se dice a veces que el libre cambio debe ser subordinado a valores más importantes ¿Pero hay un valor más importante que aquel de sacar a millones de personas de la pobreza, crear oportunidades de elección y desarrollo personal y de reforzar la democracia en todo el mundo? La economía liberal de mercado es por naturaleza global. Ella constituye aquello que hay de más acabado en la aventura humana. Deberíamos estar orgullosos, individual y colectivamente, de haber contribuido a construirlo con nuestro trabajo y nuestros votos.”
Con la globalización toda va muy, pero muy bien, tan pero tan bien, que hay que profundizar las reformas.
Guy de Jonquiéres, otro redactor del FT va incluso más allá y postula que “las reformas aun no fueron lo suficientemente lejos”. Lo justifica de la siguiente manera: la mundialización no tiene nada de inevitable, los estados pueden aceptarla o rehusarla. Aquellos que la rechazan, Birmania, Cuba, Corea del Norte, Irán, Irak y Libia lo hacen al precio del arcaísmo industrial, penurias insoportables y hasta hambre generalizado. Por otra parte su cerrazón frente a los mercados se hace por medio de la instauración de una política represiva contra los intereses y deseos de sus habitantes.

MIREN QUIEN CRITICA AL CAPITALISMO

Hace no mucho tiempo los principales críticos del capitalismo venían de la izquierda, el zapatismo mexicano, o los japoneses tradicionalistas que veían en la “eficiencia del mercado” un peligro para los valores nacionales y la dignidad humana. Pero estos argumentos están derrotados: la ideología de mercado reina, y los líderes políticos desesperados por las inversiones, recortan déficits presupuestarios y privatizan industrias para satisfacer los informes de Standard & Poor’s. Pero el pensamiento crítico viene de los propios hiper-capitalistas más característicos: se escuchan críticas desde el foro de Davos y George Soros tituló un artículo suyo en The Atlantic Monthly “La Amenaza Capitalista”, donde manifiesta que las naciones están sólo “preocupadas por la competitividad, y no desean hacer sacrificios para el bien común” y sostiene que los gobiernos deben reclamar su poder de los mercados. Ninguno de estos argumentos es nuevo. Incluso los tories ingleses se han expresado de modo similar a George Soros. Los mismos conservadores hoy ven en la globalización una fuente constante de inestabilidad. Esto implica que mientras la ideología ochentista del libre mercado es victoriosa, los “triunfadores” están divididos. Buchanan y Perot opinan que el Nafta empobrece a los trabajadores americanos y mina la soberanía de los EE.UU. Mientras tanto aquellos que se preocupan por la desigualdad en el ingreso, la inseguridad laboral o la pornografía en Internet están “unidos” en el pedido de una intervención estatal. Estas extrañas alianzas también pueden darse entre políticos, ejecutivos y sindicalistas que sienten que han perdido el poder de controlar las fuerzas del mercado.
En Europa no solo los trabajadores argumentan que la competencia global amenaza la red social del continente, se han sumado las voces de grandes industriales nerviosos por la implantación de la EMU. Los alemanes, por ejemplo, temen que la moneda europea sea mas inestable que el marco y que su robusta economía sea condicionada por economías más débiles.
“Lo que estamos viendo es una reacción contra el estilo americano de achicar (downsizing) para transformarse automáticamente en competitivos”, señalo Clyde Prestowitz director del Economic Strategy Institute, y además: “Por décadas los ejecutivos de Europa y Japón fueron inculcados en el pensamiento de que tenían la responsabilidad de mantener el empleo y la estabilidad social, y ahora encuentran que eso esta en directa contradicción con los imperativos de la globalidad”.
Pero enfrentar los excesos de los mercados globales va a ser una tarea imposible. ¿Quién va a ordenar un salario mínimo y crear un sistema de seguridad social mundial? ¿Quién le dirá a la India que no pueden producir más vehículos porque hay mucha polución en el mundo? ¿Quien regulará que Washington debe regular que es lo que los chicos pueden ver en Internet, pero no que China no debería regular lo que los disidentes dicen? Estos son los desequilibrios que dividen a quienes apoyan irrestrictamente al capitalismo contemporáneo.

(Fuentes: The New York Times, International Herald Tribune, The Economist)


Incluso si algunos cambios son dolorosos ni la ex-URSS, ni los países de la Europa del Este sueñan con retornar a una economía al estilo del antiguo Comecon. En América Latina tampoco hay nostalgia por los regímenes proteccionistas de los años 60 y 70 cuando la mayor parte de los países estaban gobernados por dictaduras militares. Cuando se eligieron autoridades democráticas en Argentina, Brasil y Chile se buscó el crecimiento a través de reformas liberales.
Los efectos no deseados de estas transformaciones —pobreza y lento mejoramiento del nivel de vida—, son atribuidas por de Jonquieres a la falta de políticas sociales más eficaces. La crisis mexicana se debe no a la mundialización sino a prácticas financieras irresponsables.
Por otra parte cualquier intento de revertir la mundialización es electoralmente castigado (Pat Buchannan en EE.UU.). Por el contrario la adaptación de la economía a los mercados termina trayendo buenos resultados (los dragones del este en Asia, Chile en América Latina, Ghana y Uganda en África), países que gracias a sus reformas han sido recompensados con tasas de crecimiento más elevadas.

Por ello y pese a la crítica de la izquierda —considerada mezquina por el redactor del FT— , la mundialización traebeneficios a mediano plazo, sus inconvenientes de deben a una mala aplicación de la fórmula o que en algunos países no se ha hecho aun lo suficiente.

LA RESPUESTA DE LE MONDE. NADA MÁS PERVERSO QUE LA GLOBALIZACIÓN.

Es evidente el malestar que los miembros de Le Monde sienten frente a las posturas enunciadas por su par inglés. Para Bernard Cassen la globalización es la responsable del crecimiento de las desigualdades tanto entre las naciones como dentro de ellas. Incluso la OCDE está al tanto de los altos niveles de polarización en sociedades como las de los EE.UU. y Gran Bretaña; el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) ha demostrado en repetidas ocasiones que los países mas pobres tienden a seguir empobreciéndose. Mientras el Banco Mundial propicia más y más políticas de ajuste, los países de América Latina, el Caribe y África sufren un sostenido crecimiento de los sectores pauperizados. Completan el panorama una tendencia a la baja de los salarios en los sectores mas desprotegidos, y el desempleo masivo en países como Francia y Alemania.
Cassen desconfía del ejemplo asiático y contra las tesis liberales atribuye el “éxito” de los dragones orientales no a la aplicación de los preceptos comerciales de Smith y Ricardo sino a la ayuda masiva norteamericana, proteccionismo absoluto para la preservación de las industrias incipientes y la omnipresencia económica del Estado. Son esos factores y no la “globalización” y la “liberalización” el secreto del éxito de esas sociedades. Tampoco el mercado es un “motor” de la democracia, los ejemplos están a la vista: regímenes totalitarios que prohiben los sindicatos libres (China, Corea del Sur, Singapur, Indonesia), trabajo casi esclavista (población carcelaria en China), y estados policiales (el “milagro” chileno bajo Pinochet).
Por último la democracia se ve afectada por el libre cambio y la globalización ya que su dinámica separa físicamente a los centros de decisión de las personas afectadas por ellas, a los productores de los consumidores de bienes, servicios e imaginarios (videoesfera). De este modo se alienan y “desterritorializan” las decisiones políticas locales, generalmente de un modo contrario a los intereses del “bien común”.
LA GLOBALIZACIÓN, UNA MÁQUINA INFERNAL
Riccardo Petrella, profesor de la Universidad católica de Lovaina, describe a la globalización como a una especie de máquina infernal. Para él, oponerse a una mundialización dominada por la lógica de guerra de conquista, propia de la economía de mercado capitalista, liberalizada, desregulada, privatizada y de alta competitividad tecnocrática, no es por cierto oponerse a otras formas cooperativas de gobierno y de mundialización. Es más, esto último es parte de las exigencias de miles de organizaciones que quieren instaurar nuevas formas de cooperativismo y gobierno mundial.
Estas organizaciones se dan en todos los órdenes: militares (contra la proliferación de armas y en pro del desarme); ambientalistas (por el desarrollo durable, conferencia de Río 1992); alimentarias (para terminar con el escándalo de la malnutrición en 800 millones de individuos). Están presentes en el diálogo de las culturas y las civilizaciones, en el desarrollo de investigaciones científicas y tecnológicas orientadas hacia fines humanos y sociales. El obstáculo más grande que encuentran es precisamente el modo de mundialización actual basado en la primacía de la libertad de acción de las empresas privadas, sobre la soberanía de un mercado pretendidamente autorregulador.

PEQUEÑO GLOSARIO DE CAMPAÑA o APUNTES PARA UNA CRITICA DISCURSIVA DEL “SENTIDO ÚNICO” (Adaptación de un artículo aparecido en Le Monde Diplomatique, Mayo 1997)

  • CONQUISTAS SOCIALES: Herencia del siglo XIX y el XX. Necesariamente perjudiciales “en un mundo que se transforma a toda velocidad”. Se debe denunciar siempre las injustas “ventajas adquiridas” en el estado de bienestar. Incluso -y sobre todo- si uno mismo ha sido beneficiado en tanto funcionario estatal o jubilado de privilegio.
  • ADAPTACIÓN: eufemismo por “sumisión” o “supresión”, Ejemplo: “la necesaria adaptación de nuestra protección social” (Chirac, Menem), ver también “Futuro” y “Cambio”.
  • ARCAÍSMO: ver “Conquistas sociales”.
  • FUTURO: noción borrosa, solo el futuro permite “aceptar los desafíos de hoy en día”, un imperativo aun más solemne ahora que “estamos entrando en el tercer milenio”. El error para los electores -de cualquier nación- será el de equivocar el siglo. En EE.UU. el peligro de un tal “anacronismo” ha sido reabsorbido por el trabajo de la administración Clinton: la construcción de un “puente para el siglo XXI”. El acceso será, naturalmente, pagando peaje.
  • CAMBIO: ley de un mundo “que se transforma cada vez más velozmente”. Hay que cambiar. Los espíritus arcaicos creen todavía que no hace falta cambiar lo que anda mal y hay que conservar aquellos que, según ellos, iría bien (ver “Conquistas sociales”).
  • COMUNICACIÓN: Buena en sí, como el comercio internacional (ver “Mundialización”)
  • CRISIS: No existe. Se trata de una “mutación” donde cada uno, sobre todo si se es inversor debe aprender a sacar el mejor partido.
  • DEMOCRACIA: Ideal que algunos espíritus simples juzgan descarriado, mientras que, más simplemente, se ha transformado en arcaica en un mundo que cambia.
  • EXCLUIDOS: Demuestran constantemente con sus quejas y sus protestas su incapacidad para aceptar el “desafío” de la mundialización (ver esta palabra). Se preferirá siempre el término “excluidos” a “pobres” o “desempleados”. Los diarios verdaderamente modernos deploran la suerte de los “excluidos” en las páginas de “Sociedad” luego de haber celebrado el “desafío” de la mundialización en las de “Economía”.
  • FLEXIBILIDAD: Soltura extrema que caracteriza tanto la aptitud del asalariado (riñones sólidos, espina dorsal flexible) de aceptar trabajar mas por menos retribución (ver “desafío”), tanto como de aquellos grandes “entrepreneurs” que hacen variar sus trabajadores de acuerdo a una curva generalmente decreciente.
  • FRACTURA SOCIAL: explicar que ella no es más que la consecuencia de la generalización desconsiderada de las “conquistas sociales” (ver esta palabra). El carácter aparentemente paradójico del razonamiento demostrará la sutileza de aquellos que lo sostienen.
  • MODERNIDAD: Defenderla siempre (ver “Futuro”)
  • MUNDIALIZACIÓN: Felicidad absoluta, beatitud nacida del matrimonio entre el mercado y la multimedia. Alimentando sin embargo el “miedo” de los analfabetos y de los “populistas” (ver esta palabra), mientras que ella permite a los países pobres salir de la Edad Media fabricando muy buenos zapatos deportivos y a los asalariados “provistos” por los países ricos el entrar “desgrasados” en la “modernidad”.
  • PENSAMIENTO ÚNICO: Ilusión según la cual las necesidades políticas y económicas puestas en práctica desde hace veinte años serían el resultado de una ideología destinada a servir los intereses de una clase social. Desgraciadamente muy amplificada, una creencia de este tipo debe ser contrarrestada hábilmente.
  • POPULISMO: No se trata de ningún modo de la expresión del miedo del pueblo que tienen las clases dirigentes, como lo creen los propios populistas. Es por el contrario una noción indispensable que permite sin un esfuerzo intelectual inútil amalgamar y recusar a todos los “arcaísmos” que se oponen al “nuevo espíritu”, la “flexibilidad” y la “mundialización”. Un buen periodista deberá entonces utilizar este concepto tan a menudo como las expresiones “es verdad que”, “de una cierta manera” y “de hecho”, o los adjetivos “incontestable” (preferentemente seguido de “mundialización”) y “surrealista” (preferentemente seguido de “ventaja social”)
  • REFORMA: ella exigirá que los decisores tengan al fin el “coraje” de “flexibilizar” las conquistas sociales.
  • RIGOR: en general poco apreciado por aquellos a quienes le es aplicado y no lo juzgan más que a corto plazo; el rigor aumenta el crédito de quienes lo ponen en práctica -como el rigor de un razonamiento o de una conducta- al exhibir coraje social y racionalidad. De todos los sinónimos, se evitará “austeridad” o “desigualdad”; se hablará de “coherencia”, de “saneamiento”, de “lógica económica” o de “disciplina fiscal”. (Adaptación sobre texto de Le Monde y Financial Times)
Lejos de optimizar los recursos materiales, inmateriales y las riquezas humanas del planeta la globalización engendra grandes disfuncionalidades y la satisfacción de las necesidades sociales no figura entre los objetivos centrales.
Luego del fin de la convertibilidad del oro en dólar en 1971 el mundo vive en una constante inestabilidad monetaria. La economía deviene especulativa, disociada de una economía real y distante de una verdadera cultura industrial. El objetivo de la rentabilidad a corto plazo provoca crisis de sobreproducción (automóviles, electrónica, informática, acero), penurias (alojamiento, educación, alimentación) y caídas de la productividad en otros sectores (agricultura y ganadería).
La mundialización potencia así lo efímero, la obsolescencia programada de los bienes y servicios y el trabajo inseguro flexible e inestable. Las normas de reengineering, producción flexible, externalización, downsizing y otras técnicas del management contribuyen al desarrollo del capitalismo mundial de mercado con el único objetivo de extirpar el mayor beneficio al menor precio. Así se produce la exclusión de individuos, grupos sociales, regiones y países enteros sino son juzgados como suficientemente rentables por la máquina mundial.

CONCLUSIONES PROVISORIAS

No es necesario leer Le Monde Diplomatique o el Financial Times para percibir desde aquí que se están viviendo tiempos en donde la denominada globalización supone una primacía de los mercados. No es fácil afirmar en un par de frases apasionadas qué es todo esto, pero si se puede decir que no se trata ni del apocalipsis ni de la panacea universal. Conviene evitar todo milenarismo declinacionista u optimismo obtuso. Lo que es más claro es que los ciudadanos a veces pueden preferir el desorden a la injusticia y a través de las protestas —cortes de ruta en Argentina, movimientos de los sin tierra en Brasil, base electoral que cuestiona al PRI en México, movimientos contra el desmantelamiento del estado de bienestar en Francia, etc.— denunciar, sin demasiadas posibilidades de éxito por el momento, la crisis de los poderes y de la elites nacionales que cada vez más se transforman en meros ejecutores locales de estrategias definidas en ámbitos que exceden el marco de lo nacional.

Los grupos, organizaciones y partidos con voluntad de poder y administración, deben hacerse “pragmáticos” frente a este estado de las cosas. Para más datos sobre socialistas que deben necesariamente sucumbir ante el pensamiento único y pasteurizar sus banderas de combate, ver la performance del dubitativo Lionel Jospin, el pragmatismo del New Labour a la Clinton del primer ministro británico Tony Blair, y la rápidas señales tranquilizadoras hacia los mercados por parte de la alianza Frepaso-UCR que debe poner por delante al economista Machinea para asegurar al establishment local que una eventual administración aliancista no tocara la economía tal cual hoy está planteada, sino que se dedicaría a “moralizar” la gestión pública para que los negocios sigan progresando sin coimas y con transparencia de acuerdo a los nuevos dictados del FMI y el Banco Mundial que ya hoy están comenzando a “atar” las líneas de crédito ya no exclusivamente a variables macroconómicas sino de acuerdo a niveles de transparencia/corrupción de la gestión pública.
Las opciones más críticas del sistema hay que rastraerlas en los delirios de las derechas nacionalistas, proteccionistas y xenófobas o en las minúsculas izquierdas que aun no se enteraron de la caída del muro del Berlin. Lamentablemente no parece haber demasiadas opciones. El pronóstico por el momento es gris y sin demasiados cambios. Habrá que ver.

Fabián Mosenson¤

We Are Really Lost Here... and the lights are out...

Sometimes it feels like that here in Williamsburg. Es como sí una vez más no nos cansasemos de retornar a Walter Benjamin y a su nefasto y brillante Angel de Klee, quien mira desesperado las ruinas que el progreso va dejando mientras el viento lo arrastra y sus alas adquieren una cualidad icaresca. Impotente en su inutilidad no queda más que la mirada azorada. But gentrification has its upsides, it shuffles and reshuffles the social fabric in a slow motion coreography of bodies, wealth, poverty and commerce in a never-ending feast of colors and irrelevant sorrows.